martes, 4 de mayo de 2010

LAZOS QUE NOS UNEN


CAPITULO II

-Como se encuentra mi pequeña Luna, Sebastian – pregunto el hombre de mediana edad.

-Ella se recuperara maestro – se limito a responder Sebastian de manera respetuosa sin pasar por alto la posecividad del hombre – sin embargo me preocupa el interés que mantiene hacia su ex-novio.

-Terminara por perderlo tarde o temprano – se limito a responder el hombre – y cuando lo haga ella se convertirá en el arma perfecta para destruir a esa inútil especie – miro hacia fuera de la ventana contemplando la luna – también lograra convertirse en una compañera perfecta una vez sea dominada o acaso, no opinas lo mismo – miro a Sebastian con severidad retándolo a contradecirlo.

-No señor – cerro los ojos para evitar traslucir sus emociones - ¿qué es lo que desea que haga esta noche? - cambio abruptamente el tema de conversación.

-Esta noche te limitaras a vigilar a Luna – le dio la espalda mientras se dirigía hacia una puerta – eh enviado esta noche a Zero a cumplir con mis deberes – Sebastian se arrodillo hasta que el hombre hubiese abandonado la habitación.

-Si continuas creyendo que Luna permitirá ser dominada encontraras muchos problemas – murmuro mientras abandonaba la habitación y se dirigía hacia la habitación de la chica.

Algunos minutos antes Luna se encontraba caminando de un lado a otro en su habitación con un celular en la mano.

-Debería hacerlo – se cuestionaba mientras miraba hacia el celular – el se merece una explicación, después de todo… - me dije a mi misma mientras marcaba el numero, pero cuando contesto una voz femenina colgué rápidamente mientras me dejaba caer sobre la cama – talvez, después de todo no sea una buena idea – sin escucharme volví a marcar, pero al quinto timbre me envío directo al buzón – Hola Rafael, habla Luna, yo se que ya hemos terminado pero – inicie a tartamudear – pero me pregunte que tal vez a ti te gustaría escuchar la patética idea de esta mujer – me quede en silencio durante unos minutos antes de murmurar – te amo – colgué al instante de haber dicho estas palabras mientras dejaba caer el teléfono – tal vez lo acepte – dije entre lágrimas antes de quedar dormida.

-No deberías haber llamado Luna – dijo Sebastian mientras tomaba el teléfono mirando a la chica que se encontraba profundamente dormida – nunca debiste verte involucrada en esto – dijo melancólicamente mientras acercaba una silla a lado de la cama en la cual se sentó – ese maldito jamás debió haberse interesado en ti – repitió con frustración mientras acariciaba el rostro de la chica – no deberías poseer semejante poder – la beso tiernamente en los labios – no pude detenerlo, pero te prometo proteger para siempre – se alejo de ella.

Me encontraba caminando a lado de un hombre alto, su cabello se encontraba recogido en una cola de caballo, llevaba unos jeans y una camisa de color negro la cual permitía apreciar su torneado cuerpo, llevaba unos lentes negros lo que me evitaba mirar aquellos hermosos ojos, el sonrío al percatarse que lo miraba, este pequeño gesto logro hacerme feliz a pesar de que no reconocía a este bello ángel, pero aun así, muy dentro de mi sabía que el representaba todo aquello que había añorado, sin embargo esa escena cambio, y pronto me encontraba caminando dirigiéndome hacia mi casa después de un duro día de trabajo, todo era normal no hacía mucho que había hablado con Rafael y este había prometido llevarme a cenar la noche siguiente esto me alegro mucho, además, la idea de llegar a casa y ver televisión en mi pequeño sofá inicio a ser realmente atractiva, en tan solo algunos minutos me encontré en casa, pero se me hizo raro escuchar la televisión encendida por lo cual me reprendí, me dirigí hacia mi pequeña sala dispuesta a apagar la televisión, cuando me percate de la presencia de un hombre sentado en mi sofá, el no aparentaba mas allá de cuarenta años, su cabello era corto y de color castaño, sus ojos de un color negro y su piel era clara.

-¿Quién es usted y porque esta en mi casa? – pregunte confusa a pesar de que debería estar asustada.

-Por fin has llegado luna – se puso de pie dejándome ver su altura, el vestía con un traje de color negro, lo que mas me extraño fue pequé un hombre como el estaría interesado en alguien como yo – te esperaba desde hace un par de horas querida – el sonrío lo cual me provoco un estremecimiento – no debes tener miedo querida, después de todo pronto seremos muy cercanos.

-¿Quien es usted? – repetí la pregunta en un murmullo antes de que el hombre apareciera detrás de mi.

-Eso ahora no tiene mucha importancia pequeña – me respondió mientras tomaba mi cintura con una mano y con la otra sujeto mi cabeza haciéndola inclinar hacia un lado.

-Detente – intente zafarme de su agarre sin ningún éxito mientras el lamía mi cuello – por favor – inicie a llorar antes de sentir un par de colmillos perforar mi piel – detente – volví a exigir peleando con mayor fuerza pero después de un tiempo todo se volvió oscuro, podía imaginar bebiendo algo, pero no abría decir si eso fue verdad o no, me parecieron días antes de poder abrir los ojos, sin embargo veía todo borroso.

-Al fin has despertado Luna – escuche la voz del hombre que me había atacado, poco a poco pude ver su rostro – será mejor que no te muevas – me reprendió mientras yo sentía demasiado cansancio para poder hacer algo – mi nombre es Estephan, pero me llamaras Maestro, después de todo soy yo el que te convertí en lo que eres ahora – se levanto mientras iniciaba a desaparecer – a partir de hoy vivirás aquí, aunque será mejor que te vallas olvidando de tu antigua vida, en ese instante deje de verle e inicie a recorrer la habitación percatándome que no era la mía, después de todo esta era muy lujosa y la mía era pequeña y solo contenía lo básico, las lagrimas volvieron a recorrer mi rostro antes de perder el conocimiento.
-Luna despierta – Sebastian sacudía a la chica que se encontraba llorando – por favor Luna – dijo con desesperación sin entender por que ella lloraba si minutos antes ella se había encontrado realmente relajada, incluso parecía feliz después de varios días de haberla visto triste y melancólica – Luna – grito logrando despertarla mientras ella se arrojaba a sus brazos e iniciaba a llorar – que tienes princesa – inicio a consolarla diciendo palabras tiernas en su oído.

-Porqué lo hizo – pregunte mientras me aferraba aun más a el – yo no lo conocía, no le hice nada y aun así el destrozo mi vida – repetía con dolor sin entender aun la razón del maestro para haberme convertido en lo que ahora era – porqué – volví a sollozar.

-No lo se – se alejo de mi para tomar mi rostro en sus manos – pero si se que yo te amo – se acerco a mi y beso con ternura mis labios, después de unos minutos se alejo y me acostó nuevamente – te amo lo entiendes – repitió aquellas dolorosas palabras mientras yo asentía con la cabeza – are todo lo que este en mi alcance para protegerte – me beso con ternura en la frente antes de dejarme en la habitación confundida.


2 comentarios:

  1. chicaa llorare necesitas una c-box


    el capi esta genial

    x cierto si necesitas alguna ayuda yo los soy

    solo dimeo =D

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  2. Holaaaa!!! soy nueva en esto y acabo de leer tus historiasss!! la verdad es que me encantaron y espero que las continuesss!!! !:) la vrdd!! destino preescrito me tiene loca! la vrdd m parecee full interesanteee!! y lazos que nos unen esta buenisimaaa!! pero estoy intrigada en que pasaraaa!! sigue escribiendooo porfaaq!!! y tambn te invito a pasar por mi blog y ver mi historia! la comence hoy pero me gustarian opiniones de otras personasss!!! saludosss!! y sigue asi! eres muy buena en estoo!!

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